¿Pelo fino o grueso? ¿Seco o graso? ¿Poroso o no? Saber de qué equipo eres es más difícil que elegir entre team Jacob o team Edward en nuestra época teenager. Pero, amiga, today is the day, y es que hoy te contamos todos los tips que necesitas saber para conocer a fondo tu tipo de cabello, y así acertar (casi) siempre con los productos de tu rutina capilar.
¿Cabello fino o grueso?
Según el grosor, tu cabello puede ser fino, medio o grueso, y esto depende principalmente del diámetro de la fibra capilar, que suele variar entre 40 y 120 µm, siendo siempre más grueso en la zona de la raíz. Ahora bien, para saber como es tu cabello, solo tienes que fijarte bien, amiga, y es algo que podemos distinguir a simple vista.
- Si al coger un pelo, te das cuenta de que apenas es visible, y que no tiene prácticamente textura, tu cabello será fino. Además, este tipo de cabellos se suelen secar súper rápido, no pesan ni tienen mucho cuerpo, y les duran los peinados muy poquito tiempo.
- Si por el contrario, el pelo es muy visible, tiene el grosor de una hebra de hilo (o más) y es un cabello con bastante textura, se tratará de un cabello medio a grueso. Estas melenas tienen mucho más volumen, tardan siglos en secarse, suelen ser más difíciles de domesticar, además de caracterizarse por tener más frizz, ¡y les aguantan los peinados durante días!
Cabello seco, normal o graso
Esto es bastante más fácil, y es que tener el cabello seco, normal o graso no depende ni más ni menos que de la producción de sebo por parte de las glándulas sebáceas que se encuentran en la raíz del folículo piloso. Aunque, te confesamos que esto puede ir variando, ya que influyen en esta secreción sebácea otros factores como las hormonas, el estrés y la alimentación.
Atenta, porque saber en qué equipo estás es clave para escoger una hair-routine acorde a tus necesidades, y es fundamental a la hora de elegir bien productos como el champú o la mascarilla.
- El cabello graso se caracteriza por un exceso de producción de sebo. Estos lípidos, a pesar de tener la función de proteger la fibra capilar, en exceso hacen que el pelo se vea con un aspecto greasy y sucio, e incluso pueden favorecer la aparición de caspa grasa.
- El cabello normal presenta un equilibrio en la secreción sebácea, y por lo tanto no se ve ni muy seco, ni con un exceso de grasa, ¡está todo on point!
- El cabello seco tiene una falta de lípidos, nutrición e hidratación, por lo que la fibra capilar luce un más aspecto fosco y sin brillo, y está mucho menos protegida, tendiendo a romperse, además de tener menos capacidad para repeler la humedad, por lo que es el tipo de cabello absolutamente fav del frizz. Y, por si fuera poco, tener el cuero cabelludo demasiado seco puede producir descamación, o la llamada “caspa seca”.
Porosidad del cabello
El pelo es poroso por naturaleza, es decir, tiene la capacidad de absorber y retener humedad, y que el frizz (o encrespamiento) se instale más o menos en tu melena, depende de este nivel de porosidad. A su vez, este factor depende del estado de la cutícula, por lo que un cabello con la cutícula más dañada (por tintes, decoloraciones, uso de herramientas de calor), será más poroso, mientras que un cabello virgen o sano, lo será en menor medida.
- Un cabello con una porosidad alta, será más hidrófilo, es decir, atraerá más agua, por lo que la fibra capilar se hinchará, y se encrespará, y a su vez no tendrá la capacidad de retener hidratación.
- Si la porosidad es baja, la fibra es, por lo general, más resistente, y tiene una mayor capacidad para repeler el agua del ambiente, controlando mucho mejor el frizz.
Hay un famosísimo test que ayuda a conocer el grado de porosidad del cabello, y consiste en:
- Arrancar un pelo (¡ouch!), o recoger alguno que ya se haya caído, e introducirlo dentro de un vaso de agua a temperatura ambiente.
- Observa el comportamiento de este pelo durante unos minutos, ¡et voilá!
Si el cabello flota, tendrá una porosidad baja.
Si se queda a mitad de camino, tendrá una porosidad media.
Si por lo contrario, se hunde, tendrá una porosidad alta.
Bestie, ya no hay excusas, ahora puedes conocer a tu cabello casi tanto como a tu crush, y darle todos los cuidados que necesita (y merece).
¡Bienvenida a la operación pelazo!