En el mundo de la cosmética capilar podemos encontrar infinidad de mitos, que durante mucho tiempo hemos estado escuchando. Por suerte, la ciencia nos permite desmentir todos aquellos que no son reales, y aprendemos a entender qué es el cabello y cómo cuidarlo correctamente.
Uno de estos mitos que hace años que escuchamos es que es necesario cambiar de shampoo cada 3 meses, para evitar que el cabello se acostumbre al cosmético y dejemos de obtener sus beneficios. Pero la realidad es que no existe ninguna evidencia científica que demuestre que el cabello se acostumbre al uso extenso de un producto.
Partimos de la base de que el cabello no es un organismo vivo, y por lo tanto, no puede hacerse inmune a la aplicación prolongada de un champú. De hecho, la aplicación prolongada de una línea de productos adaptada a nuestro cabello consigue que sus efectos se acumulen con el paso del tiempo.
Entonces, ¿es bueno cambiar de champú?
La respuesta es: depende. No es necesario cambiar de champú solo porque “el pelo se acostumbre” (es un mito), pero sí puede ser recomendable cuando cambian las necesidades de tu melena. Por ejemplo:
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Si tu cabello pasa de seco a graso, o de normal a sensibilizado, conviene adaptar el champú a sus nuevas características.
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Si aparece un problema específico, como caspa, irritación o exceso de grasa, puedes optar por un producto formulado para tratarlo.
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Si notas que tu cabello pierde brillo o volumen, puede que necesites alternar con un champú purificante que elimine residuos y lo revitalice.
¿Cada cuánto se debe cambiar de shampoo?
No existe una regla fija de cada cuántos meses hay que cambiar de champú. Lo importante es escuchar a tu melena y a tu cuero cabelludo:
• Si tu champú actual te funciona, no hay motivo para sustituirlo.
• Si tu cabello necesita beneficios distintos (más hidratación, control de grasa, protección del color…), ahí sí es buen momento para cambiar.
• Alternar productos también es válido: por ejemplo, combinar un champú hidratante con un champú purificante para un cuidado más completo.
¿Qué pasa si siempre uso el mismo champú?
No pasa absolutamente nada malo. El cabello no pierde los beneficios del producto ni se “hace inmune”. Lo que puede ocurrir es que:
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Te acostumbres a los resultados y dejes de percibirlos como espectaculares.
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Se acumulen residuos de styling que un champú sin sulfatos no elimine del todo → en ese caso, es recomendable una limpieza profunda de vez en cuando.
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Que hayas resuelto un problema inicial (ejemplo: sequedad extrema) y ya no percibas el mismo efecto porque tu cabello está en mejor estado.
¿Es bueno alternar champús?
Sí, puede ser una estrategia útil. Alternar champús diferentes permite dar a tu cabello beneficios complementarios. Ejemplos:
• Un champú purificante para raíces grasas y otro nutritivo para puntas secas.
• Un champú de tratamiento (anticaspa, detox, etc.) combinado con uno de uso frecuente más suave.
Eso sí, si usas un champú específico (ejemplo: anticaspa con activos), no lo alternes con uno convencional, porque perderías la eficacia del tratamiento.
¿Qué pasa si uso diferentes champú?
No hay problema en utilizar distintos champús según tus necesidades. Incluso puede ser beneficioso, siempre que estén bien seleccionados y sean respetuosos con tu tipo de cabello.
La clave es que los productos estén adaptados a ti: cuero cabelludo sensible, cabello teñido, rizos, tendencia grasa… Cada champú debe sumar valor a tu rutina.
Ahora ya sabes que tu cabello no se acostumbra al champú y que no es necesario cambiarlo por rutina. Cámbialo solo cuando haya una necesidad real o cuando quieras añadir beneficios extra alternando fórmulas.
En GOA apostamos por champús veganos, libres de sulfatos y siliconas, formulados con ingredientes naturales que cuidan tanto de tu melena como de tu cuero cabelludo. Así te aseguras de que, elijas el que elijas, siempre estarás dándole a tu cabello lo mejor.